sábado, 21 de diciembre de 2013

AEE llama a los cristianos a respetar cada opción política y ser ejemplo de reconciliación.


Coincidiendo con el debate político sobre la ordenación territorial de España, especialmente intenso en relación a Cataluña, la Alianza Evangélica Española (AEE) llama a los cristianos a respetar la pluralidad de opiniones y pide que la Iglesia sea un ejemplo de comunidad reconciliada. El texto anima también a que “independientemente de lo que ocurra en el presente y en el futuro, nada cambie la relación de los cristianos de los distintos territorios”. 

En un documento resultado de una amplia conversación interna durante las últimas semanas, la AEE empieza planteando: “Los cristianos somos ciudadanos del Reino de Dios, nuestra ciudadanía y nuestras lealtades, por encima de nuestros legítimos sentimientos culturales y políticos, pertenecen al Reino de Dios”.

Este reino es “un organismo transnacional, transgeneracional y transcultural donde todas las distinciones que aquí nos separan -lealtades nacionales, sexo, etnicidad, capacidad económica, etc.- han sido derribadas para llegar a ser uno en Cristo”.

CRISTIANOS NO DEBEN CAER EN “CONSTANTINISMO”
“La Iglesia siempre ministra en un marco dado que ha recibido” y “no ha sido llamada a fijar el marco territorial en el que realiza su misión”. Si bien le corresponde a los “ciudadanos con sus votos y a las autoridades con sus decisiones”, es “Dios el que fija los tiempos y los límites geográficos en los que viven las naciones”.

El texto apunta a Cristo desde el principio. “Jesús mismo fue habitante de un país en un momento complejo de su historia en el que el pueblo judío deseaba liberarse de los ocupadores romanos y en el que mucha gente puso la mirada en Jesús esperando que él sería una clase de Mesías, libertador político y militar. Pero Jesús rechazó explícitamente esa visión de su ministerio y nos señaló con claridad que el Reino que había venido a establecer no era de este mundo”.

“Cuando la Iglesia no ha guardado el modelo de Jesús, sino que ha sido confundida por el paradigma del ‘constantinismo’, ha perdido capacidad de realizar la función para la que Jesús la envió, la misión de Dios”, opina la AEE. Por tanto, las comunidades cristianas deben traer “esperanza y un mensaje de salvación y restauración”, especialmente “en medio de las situaciones cambiantes en las que viven los pueblos” o “las peores crisis”.

“AGENTES DE CAMBIO” A FAVOR DE LA JUSTICIA
 El texto de la AEE defiende que “la función de la Iglesia sí tiene implicaciones políticas, pero quien define los objetivos y los métodos no es el calendario de la sociedad a su alrededor, sino los objetivos del Reino de Dios”. Estos objetivos de tipo social los predicó el mismo Jesucristo: “anunciar el evangelio a los pobres, proclamar libertad a los cautivos, recuperación de vista a los ciegos, libertad a los oprimidos, …”.

Tanto el Antiguo Testamento (con conceptos como el Jubileo) como el Nuevo Testamento, llevan a los cristianos a comprender que la justicia en la sociedad es un objetivo principal, cree la AEE, y que “hemos sido enviados a la misma misión que trajo al hijo de Dios al mundo, que en palabras de 1 de Juan 3: 8 es ‘destruir las obras del diablo’”.

Por tanto, “quien marca nuestra agenda política como Iglesia no es la sociedad sino el llamamiento de Dios a ser agentes de cambio”, continúa el texto.

LA IGLESIA COMO MODELO DE COMUNIDAD RECONCILIADA
El entendimiento profundo entre los cristianos proviene directamente del evangelio: “La unidad de la iglesia es tal porque refleja la unidad de la Trinidad y quien la produce es el Espíritu Santo que vive en cada uno de los cristianos”, remarca el documento.

“La Iglesia está aquí para rogar a la sociedad la reconciliación con Dios, por ello debe vivir como una sociedad reconciliada. El testimonio de una Iglesia que es comunidad en el más profundo sentido de la palabra constituye un modelo de relaciones para la sociedad entera”.

“NO HAY UNA POSTURA ESPECÍFICAMENTE CRISTIANA”
La AEE considera que, en relación a la ordenación territorial del estado, “los miembros individuales de la Iglesia pueden legítimamente tener preferencias, convicciones y sentimientos en este tema”.

Por ello, “ninguna opción puede reclamar para sí el estar más de acuerdo con las Escrituras que la otra, porque no hay una postura específicamente cristiana”.

Los cristianos tienen que recordar que su primera identidad está en ser conscientes que “somos extranjeros y peregrinos aquí” y que “nuestros anhelos están puestos en una ciudad que no procede de esta tierra”. Pero esto, en lugar de “evadirnos de nuestras responsabilidades cívicas, nos hacen más conscientes del trascendental papel que tenemos en medio de las situaciones difíciles y de las crisis”.

PREOCUPACIÓN ANTE ‘HOOLIGANISMO’ ENTRE LOS PROPIOS CRISTIANOS
Uno de los motivos que han llevado a la AEE a publicar este texto es el aumento de enfrentamientos dialécticos entre los mismos cristianos, a raíz del debate político territorial: “Vemos con preocupación la forma en la que algunos cristianos se manifiestan en materia política y en especial en temas sensibles como el que nos ocupa”.

“Percibimos con desazón cómo algunos cristianos se expresan de formas totalmente alejadas de la gracia y la misericordia que Jesús mostraba con los que le rechazaban, y recurren a unadescalificación verbal que tiene más de  hooliganización  que de discrepancia expresada 'con gracia y sazonada con sal' ( Col. 4:6)”.

La tendencia negativa “apunta a la necesidad de que las Iglesias locales invirtamos mucho más esfuerzo en un discipulado profundo e intenso”. Porque “temas como éste nos muestran que a veces la extensión de la iglesia visible no se corresponde con una profundidad de la fe”.

RELACIÓN ENTRE CRISTIANOS NO PUEDE QUEDAR AFECTADA
En su último párrafo, el documento escrito por la AEE hace “un llamamiento a considerar que, independientemente de lo que ocurra en el presente y en el futuro, nada cambie la relación de los cristianos de los distintos territorios”.

No debemos permitir que la sociedad, las decisiones políticas o los cambios geopolíticos nos marquen el tipo de relaciones que vamos a mantener como cristianos. Somos el pueblo de Dios y esta hermandad es un vínculo que está por encima de cualquier diferencia y que compartimos con los cristianos del mundo entero”. 

El documento concluye: “Abogamos por seguir trabajando conjuntamente, abogamos porenfocarnos en el objetivo de que todos tengan la oportunidad de escuchar el evangelio y de verlo reflejado en la forma en la que la comunidad de Jesús se relaciona. Vivir misionalmente como comunidad es reconocer las palabras del Maestro: ‘En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros’”.

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