La investigación del pastor y su familia comenzó el año pasado tras la denuncia de un grupo de miembros de la iglesia, perteneciente al movimiento Asambleas de Dios, al darse cuenta de lo que había ocurrido.
Un tribunal de Seúl condenó a David Yonggi Cho, pastor de una de las mayores iglesias evangélicas del mundo a tres años de cárcel por apropiarse indebidamente de enormes sumas de dinero de los fondos de la iglesia Yoido Full Gospel Church.
David Yonggi Cho (Cho Yong-gi, conocido antes como Paul Yonggi Cho), fundador y pastor emérito Yoido Full Gospel Church en Seúl, que cuenta con alrededor de 800.000 fieles, fue encontrado culpable de provocar pérdidas por valor de unos 13.
La investigación del pastor y su familia comenzó el año pasado tras la denuncia de un grupo de miembros de la iglesia, perteneciente al movimiento Asambleas de Dios, al darse cuenta de lo que había ocurrido.000 millones de wones (12 millones de dólares) a la iglesia en 2002, al ordenar a los responsables de la tesorería de la congregación que comprasen acciones que eran propiedad de su hijo, Cho Hee-jun, a un precio cuatro veces superior al valor del mercado.
El Tribunal del Distrito Central de Seúl también condenó al pastor a pagar una multa de 5.000 millones de wones (4,65 millones de dólares). En el mismo proceso, el hijo del pastor y gerente del diario local Kookmin Ilbo miembro de la iglesia, también fue condenado por evadir impuestos por valor de 3.
500 millones de wones (3,26 millones de dólares), además de tres años de prisión por confabularse con su padre para llevar a cabo la sustracción.
“Una persona no debe poseer nada”
El pastor de la mega iglesia de 78 años de edad, dijo que era el día más difícil en sus 50 años de ministerio cuando escuchó el veredicto. “A través de este sufrimiento, he aprendido una tarea. Una persona no debe poseer nada”, dijo Cho a su congregación en Yoido Full Gospel Church, el 23 de febrero de 2014.
“Además de la salud, el estado, la fama, la autoridad, el dinero… Todas estas son cuestiones que están fuera del cuerpo e indigno ante cualquier persecución”.
Cho no argumentó contra la sentencia, pero se examinó desde la perspectiva de la fe. “Dios no lo quiera, si Dios me llama de nuevo hoy, todavía voy a ser capaz de ir al Reino de Dios”, dijo Cho pidiéndole a la congregación que orara por su pastor sucesor el joven Hong Lee.
En su sermón, Lee se disculpó con la congregación por los impactos negativos que el caso de Cho ha traído sobre ellos. “Les animó a olvidar el pasado y seguir adelante hacia el futuro, y continuar con la difusión del Evangelio a aquellos que aún no han recibido el gran amor de Cristo”, resaltó Lee.
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