domingo, 13 de julio de 2014

Violencia doméstica y sexual ¿se afronta en el púlpito y la iglesia?

Violencia doméstica y sexual ¿se afronta en el púlpito y la iglesia?

Un estudio entre pastores muestra que mientras el 72% cree que es un problema social, sólo un 25% opina que también sucede en su iglesia.
10 DE JULIO DE 2014, NASHVILLE
La violencia doméstica o sexual es una prioridad para los líderes de iglesia, pero pocos la combaten desde el púlpito. El 42% de los pastores que participaron en un estudio en EEUU reconocen que, aunque se aborda el tema a nivel personal, “nunca o casi nunca” se menciona el tema en predicaciones o charlas ante la congregación.

Un estudio de Lifeway Research entre 1.000 pastores de iglesias protestantes llegó a la conclusión de 4 de cada 10 líderes (42%) de comunidades cristianas no tratan esta problemática en sus reflexiones públicos. Otro 22% mantiene que aborda el tema una vez al año.

De esta forma, sólo un 34% de los pastores, según el estudio, hablan de estas problemáticas ante toda la congregación de vez en cuando. De la siguiente forma: Un 28% afirma incluir referencias a la violencia doméstica o el abuso sexual en predicaciones o reflexiones “varias veces al año”, un 4% “aproximadamente una vez al mes” y un 2% “varias veces al mes”.



ABORDAR EL TEMA PÚBLICAMENTE, ESENCIAL
Justin Holcomb, experto en este tipo de abusos, recordaba que a menudo las víctimas se auto-culpan por el maltrato que sufren. Por ello, escuchar predicaciones públicas sobre cómo se debe parar el maltrato ayuda a las víctimas a recordar que Dios se preocupa por su sufrimiento.

Algunos abusadores, dice Holcomb, usan partes de la Biblia (como Malaquías 2:16, que en algunas versiones se aplica al divorcio) contra sus víctimas, haciéndolas sentir que no hay escapatoria. Los líderes de la congregación deberían confrontar ese mensaje manipulador: “Sí, Dios odia el divorcio, pero odia también la violencia contra las mujeres”.

PASTORES, UN PROBLEMA "MÁS DE FUERA QUE DENTRO"
El 72% de los pastores creen que el 20% o más de la población general ha sufrido alguna vez violencia doméstica o sexual. Pero al preguntarles por la misma problemática en su propia iglesia, solo el 17% opinaba que la extensión del problema era igual de grave en su congregación. Más concretamente, sólo el 25% de los pastores entrevistados consideraba que la violencia doméstica o el abuso sexual podría ser un problema para algunos miembros de su comunidad.



MAYORÍA DE PASTORES BUSCAN AYUDA EXPERTA
¿Cómo reaccionar cuando alguien en la iglesia explica que sufre violencia? La primera respuesta de los pastores, según el estudio, es ponerse directamente en contacto con expertos en violencia doméstica (policía, terapeutas, trabajadores sociales…), personal externo a la a iglesia. Es la primera opción del 82% de los pastores. Sólo un 12% respondió que opta en primer lugar por “trabajar con el conyugue para resolver la situación”.

Aunque una gran mayoría de pastores empieza por buscar ayuda en esos expertos externos a la iglesia, un 62% también dice que en casos de abuso han ofrecido, además, “consejería para la pareja o el matrimonio”. Abogados de las víctimas alertan de que esto puede ser una práctica peligrosa. Una sesión de consejería pastoral con agresor y víctima, por muy bien intencionada que sea, puede llevar a más violencia cuando se vuelve a casa, comenta Holcomb.

UNA LACRA MUY EXTENDIDA
Más del 70% de los pastores entrevistados explica que conoce a “familiares, amigos o miembros de la iglesia que han sufrido violencia sexual o doméstica”. Además, un 11% de los pastores reconocieron que ellos mismos habían sufrido este tipo de abusos en primera persona, en algún momento de su pasado.

STETZER: “LOS PASTORES PUEDEN HACER MÁS”
Ed Stetzer, presidente de LifeWay Research, concluye, al ver los resultados del studio, que “cuando dos tercios de los pastores hablan del problema de la violencia doméstica ante su iglesia sólo una vez al año o incluso menos, es que tenemos una seria desconexión de la realidad de la vida en EEUU”.

“Los pastores no pueden permitirse ignorar o rebajar la gravedad del asunto, cuando hay vidas que están siendo arruinadas a través de violencia sexual o doméstica allí mismo, en su barrio y en su iglesia”.

“La iglesia necesita ser parte de la solución”, comenta Stetzer. “Es un asunto en el que personas de fe, aun con diferencias teológicas, pueden juntarse para hablar claro: ‘Es un tema importante, nos preocupamos por ello y debe cambiar’”.

“El evangelio libera a los cautivos, y esto incluye a las víctimas de violencia doméstica, que se sienten como prisioneras en sus propios hogares. Los pastores pueden hacer más para proclamar este mensaje”.

GUÍA CONTRA VIOLENCIA DE GÉNERO, PARA DESCARGAR
La Alianza Evangélica Española (AEE) publicaba en 2011 una guía de actuación en casos de maltrato doméstico, coordinada por Marcos Zapata Figueiras.  Puede descargar la “Guía de acción pastoral contra la violencia de género” gratuitamente aquí.

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