EEUU.- Han aparecido iglesias cristianas que, para atraer nuevos congregantes, les están ofreciendo cursos de uso y porte de armas de fuego. Son cursos de 10 horas, impartidos acorde a las reglas de los estados donde se encuentran las iglesias y que, al final, otorgan al nuevo congregante una documento quele permite ingresar armado al templo y pasearse a sus anchas por todo el pueblo con el arma a la cintura.
El predicador Jeff Copley, de la aldea de Marengo, en Ohio, lo tiene claro. Para él es una cuestión de defensa y espiritualidad.“Jesús dice a sus discípulos que vendan su manto y compren una espada. Instruyó a su pueblo paraque se prepare para defenderse a sí mismo. Es difícil de encontrar a alguien dentro de nuestra congregación que no dispare de alguna forma”, dijo al diario digital ‘The Daily’.
Copley asegura que su iglesia ha desarrollado muchas actividades para atraer más gente: ha organizado fiestas y ferias, pero no ha logrado incrementar la membresía. Por eso se le ocurrió lo deimpartir cursos gratuitos de uso de armas, porque “aquí todo el mundo dispara o caza”.
La decisión de Copley no es única. Un poco por todo el país, principalmente en zonas rurales de estados como Carolina del Norte, Florida, Montana y Ohio, decenas de otras iglesias, enfrentadas a una cada vez mayor deserción religiosa, literalmente han hecho un llamamiento a las armas para atraer al rebaño de vuelta.
En marzo, el reverendo Ryan Bennett, de la Iglesia Bautista Central de Lexington, en Carolina del Norte, llevó a cabo el primer curso de enseñanza de uso y porte de armas. Desde entonces, lo admite abiertamente, no ha parado. “Queremos atraer más gente y vamos a intentar todo lo que esté a nuestro alcance para lograrlo“, dice.
Eso sí, advierte, “nosotros promovemos un sentido de responsabilidad (en la gente). No apoyamos la violencia. Es apenas otra forma de llegar a la gente”. Bennett tampoco oculta que todo el tiempo tiene un pistola de 9mm al mismo alcance que la Biblia.
El año 2010 el Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo, que abarca unos 45 millones de feligreses protestantes, anglicanos, ortodoxos y evangélicos, hizo una declaración rotunda y firme contra el uso de las armas en manos privadas.
“Es muy difícil de justificar en términos cristianos el acceso del público a armas de asalto. La verdad es que el uso de esas armas termina por arrebatar mucho más vidas que las que protege. La venta y uso de esas armas contradice las enseñanzas de Dios que prohíben la violencia”, dice la declaración.
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