El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que promoverá la aprobación de una nueva ley fundamental que declare a Israel como “Estado nación del pueblo judío”, un gesto simbólico con el que parece querer marcar distancias de la Autoridad Palestina.
“Promoveré una ley fundamental que definirá a Israel como Estado nación del pueblo judío”, ha declarado Netyanyahu en Tel Aviv, en el mismo lugar en que en 1948 se firmó la declaración de independencia.
En lugar de contar con una Constitución al uso, el Parlamento israelí ha ido aprobado una sucesión de leyes fundamentales que definen los poderes gubernamentales, legislativos y judiciales, al tiempo que protegen los derechos y libertades de la población.
Los palestinos se han negado a reconocer a Israel como Estado judío en la medida en que temen una discriminación de la minoría árabe, alrededor de una quinta parte de la población israelí. Además, consideran que esa consideración anularía el derecho de los refugiados palestinos a volver a lo que hoy es Israel.
Netanyahu, ha prometido este jueves que estarían garantizados la “plena igualdad” y los “derechos sociales” de todos los ciudadanos en “un Estado judío y democrático”.
En la práctica, el paso que quiere dar Netanyahu supone un gesto básicamente simbólico, según un experto legal consultado por Reuters. Actualmente, la ley que define Jerusalén como la capital “eterna e indivisible” de Israel no contempla castigos para quien se oponen a este estatus.
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